martes, 31 de julio de 2012

¿Qué hace un Maco en Agosto?

Hola de nuevo, amigos.

Agosto suele ser un mes que todo Maco de bien cuelga la bicicleta, se relaja y centra todos sus recursos en satisfacer a la patronal y a desvivirse por los peques de la casa (Sí. Ya sé que relax y peques son dos palabras que combinadas, carecen de sentido...)

Sin embargo, Agosto también es un mes propenso a que se produzcan anécdotas, pifias y situaciones que quizá queráis compartir con vuestros compañeros, repartidos por toda Europa durante los próximos días.

También podéis utilizarlo para proponer salidas en bici a almorzar o para empezar a hablar de la planificación de la próxima temporada en lo que se refiere a marchas, objetivos, patrocinio, etc...

PD: En realidad todo este post, es una mera excusa para el primer mensaje que voy a escribir (Mechanic, aprétate los machos que voy...)

lunes, 16 de julio de 2012

Planning MACOcena 20/Julio/2012

Abro este post para salvaguardar la integridad/belleza de los posts relacionados con la hazaña de la PDF Non Stop.
Tened a bien tratar en este hilo todos los temas escabrosos relacionados con lo que será la cena de final de temporada, es decir: horarios, concentración, proveedores, pedidos, etc.

A continuación dejo unos cuantos números de teléfono que pueden resultar de interés para todos los asistentes y patronales:

  • Mossos d'Esquadra: 088
  • Emergencias a nivel de toda Catalunya 112
  • Emergencias médicas: (ambulancias, etc) 061
  • Emergencias toxicológicas: 933174061
  • Penitenciario: 934 30 02 16 
  • The Palazzo (Las Vegas): (702) 607-7777 
  • 4 Queens (Las Vegas): (702) 607-4566
  • Casino Monte-Carlo (Mónaco): +377(9)2162000
  • Trilenium Casino (Buenos Aires): (0)11 4731 7000

viernes, 13 de julio de 2012

Pedals de Foc Non Stop 2012 (Desenlace)


Cruzar la meta de una prueba tan dura como la PDF Non Stop, es como ponerle fin de forma instantánea a todos los males que te han ido lastrando durante horas y horas.
Aquellos pensamientos de “¡Pero qué hago aquí!” o “¡Qué necesidad tengo yo de esto!” o “¡Es la última vez que vengo!” desparecen y en su lugar, te invade una sensación de plenitud absoluta, que perdura en tu cabeza durante mucho tiempo. Echas la vista atrás y tu mente se llena de recuerdos, imágenes y sensaciones que sabes que sólo volverás a sentirlas si vuelves a esos caminos, a esas montañas y a esa bendita locura llamada PDF Non Stop.

Después de disfrutar del momento durante un rato con todos los allí presentes, Pep me hace entrega de mi maillot de finisher. Estos maillots para mí son simbólicos. Nunca me los pongo. No me gustaría hacerles un “siete” pegándome un piño. Los guardo todos juntos en un armario y de vez en cuando, los saco y recuerdo las historias que cada uno de ellos me cuenta.
Pep me comenta que Llibert y Milton han entrado juntos de la mano. Estos dos son de otra galaxia. Veo llegar a meta a Mercè Petit. Me quedo sin palabras. 13h37m. Acaba de pulverizar el anterior récord de la prueba en una hora. Qué barbaridad de tiempo y qué barbaridad de sablazo que le pegó a la organización, jejeje. 10 euros por cada minuto que se rebajaba el récord... Haced cálculos....

El maillot de finisher
 
No son ni las 19:00, así que voy bien de tiempo. Voy al hotel, lavo la bici con toda la tranquilidad del mundo, me ducho y luego me voy con mis padres a tomarme una cervecita bien fría (cómo entraba, señores, cómo entraba...)

Antes de cenar, asomo la cabeza de nuevo por la meta, ya que me gusta vivir el ambiente y ver llegar al resto de compañeros y ver reflejados en sus rostros desencajados tanta felicidad y satisfacción. Así voy haciendo tiempo hasta las 21:00, hora en la que empiezan a servir la cena en el hotel. Tengo la canina, así que todo apunta a que voy a arrasar el buffet.

Estoy a punto de vivir mi otro gran momento del fin de semana. Entro al salón comedor y hay poca gente. Un par de mesas con bikers y en el centro, en una mesa de seis personas, están cenando Milton Ramos, Toni Pérez, Mercè Petit, su marido y otro chico que no conozco.
Me acerco a la mesa y les doy la enhorabuena a Milton y a Mercè por sus hazañas, comento un poco la jugada y me marcho a por mi cena.

Me sirvo un poco de pasta, un par de piezas de pescado y me siento solo en una mesa. Empiezo a cenar, alzo la vista y mi mirada se cruza con la de Milton. Éste, al verme cenar solo me dice:
“¡No me digas que estás cenando solo!” Yo asiento con la cabeza y con toda la naturalidad del mundo, me suelta: “¡Pero no hombre, por favor! ¡Siéntate con nosotros!”
Imaginad la cara de bobo/incrédulo que se me debió quedar. Cogí mi plato y me senté con ellos.
Sin palabras. En aquella mesa me hicieron sentir como uno más. Durante 40 minutos, formé parte de esa familia de corredores de élite, compartí mis vivencias con ellos y a su vez, me hicieron partícipe de las suyas. Vamos, como si nos conociéramos de toda la vida.
Eso es algo que me llevo conmigo, otra de esas experiencias que vives y que te hacen sentirte orgulloso de este deporte que hace relativamente tan poco tiempo que practico.

Cuando acabé de cenar, me despedí de ellos agradeciéndoles el buen rato que había pasado en su compañía y fui a tomarme el café a casa de mis padres. Ya que voy solo un par de veces al año, al menos que disfruten del niño (sí, 37 años y sigo siendo “el niño”).
Después, vuelvo al hotel a ver si ha llegado Xavi. Compruebo que su bici está en la habitación, así que bajo corriendo al comedor y me lo encuentro zampándose un cenote de campeonato. Ha conseguido rebajar su marca del año pasado en unas 2 horas y está exhultante.
Comentamos anécdotas como no puede ser de otra manera y cuando acaba de cenar, volvemos de nuevo a la meta a ver a los héroes que siguen llegando cuando está a punto de dar la medianoche.

A estas horas, empieza a aparecer el bajón tras en torbellino de sensaciones de lo que ha sido un día imborrable. Hoy es uno de esos días en los que te tiras en la cama y antes de contactar con la almohada, ya estás dormido.

Al día siguiente, por increíble que parezca, a las 08:00 ya tenemos los ojos como platos. El día amanece con lluvia torrencial. La noche tampoco ha dado tregua y hace un frío poco habitual en esta época del año. Automáticamente pienso en los bikers que hacen la categoría plata. Tienen que estar pasando auténticas penurias…
La organización, con buen criterio, decide neutralizar la etapa para salvaguardar la integridad física de los participantes.
Como el día no está para muchas alegrías, decido que este año no me quedaré a la entrega de trofeos ni a la comida de fin de fiesta. Las ganas de ver a mis niñas ya es imperiosa y poco después de despedirme de Xavi, yo también empiezo a prepararlo todo para marcharme.

Granizo y lluvia a mares...
 
Cuando ya lo toengo todo listo, bajo a hacer el check-out del hotel y me encuentro con Milton Ramos, hablando con Joseba Leon y con Pep. Comentan que sin duda, es la prueba de un día más dura que hay a nivel estatal y muy posiblemente a nivel europeo.
Me despido de ellos con un fuerte abrazo y nos emplazamos a la edición del año que viene.

Finalmente, me despido también de mis padres y pongo rumbo a casa.
De nuevo, viaje silencioso presidido por imágenes, pensamientos y sensaciones vividas, que hacen que me sienta bien acompañado en la soledad de mi coche.
Y ya en casa, el mejor regalo de todos… Ver a mi pequeña Lucía corriendo a mis brazos con su mamá detrás y preguntándome: “¿Has ganado, papá?”
Y yo, aguantando como puedo el tembleque, abrazándolas a las dos mientras digo: “Pues claro, ¿qué te creías?”

En fin, hasta aquí una de las crónicas que más me satisface contaros. Pese a todo lo escrito, soy consciente de que solo abarco una pequeña parte de situaciones y anécdotas vividas, pero al menos espero que os hayáis hecho una idea de todo lo que una prueba como esta puede despertar en vuestro interior. Sin duda, una experiencia que hay que vivir al menos una vez en la vida.  

viernes, 6 de julio de 2012

Pedals de Foc Non Stop 2012 (Nudo)

La Etapa
Pedals de Foc Non Stop 2012

Datos de Interés
209,6Km.
6325m. de desnivel positivo acumulado.
12h54m. de tiempo total.
28m. de tiempo parado.
16,87Km/h de velocidad media en movimiento.
8h05m. de tiempo subiendo.
3h32m de tiempo bajando.
Índice IBP: 401

Perfil de la Etapa











La Crónica

Son las 03:30 cuando el despertador erradica de un plumazo cualquier vestigio de somnolencia que aun pudiera quedar en mi ser, algo que no alcanzo a comprender teniendo en cuenta que había dormido menos de tres horas.
Xavi también ha tenido un despertar en plan “resorte” y rápidamente nos vestimos y bajamos a desayunar. Entramos al comedor poco después de las 04:00 y ya hay gente comiendo. Cereales, bocatas de jamón de York, zumo de naranja y el indispensable café que genere el deseado efecto laxante para que durante la jornada no hayan “apretones” inoportunos.
Todo sale según lo previsto, así que sprint hasta la habitación, visita flash al tigre, mochila hidratante a la espalda, frontal en la frente y traslado fulgurante hacia la salida, montado ya en la bici.
En la salida me encuentro a mi padre, que a día de hoy aun no tengo claro si venia de fiesta o se acababa de levantar, jojojojo. El caso es que allí estaba para desearme suerte y darme muchos ánimos.
Minutos antes de que se dé la salida, la sede de Pedals de Foc ya está abarrotada de bikers. Visualizo a Xavi, le deseo suerte y me preparo.
El murmullo de la gente se torna silencio sepulcral cuando Pep alza la voz para anunciar: “¡Queda un minuto!”
Durante esos 60 segundos y con la vista fija en el suelo, pienso en todo lo que me ha costado llegar a estar ahí en ese momento y mis últimos pensamientos vuelan hasta Terrassa, donde mi pequeño angelito y su mamá estarán aun dormidas…
Al grito de “¡¡¡5, 4, 3, 2, 1... Salida!!!”, fijo las calas y paso por la alfombra del control de chip. Mi pitido se une al del resto de los más de 200 participantes que toman la salida.

Empieza la faceta “competitiva” de la PDF Non Stop.
Al igual que el año anterior, salida en tromba y todos intentando llegar lo más arriba posible. Cruzamos la carretera y tras dejar la iglesia de Vielha a mano izquierda, nos metemos ya en faena. Rampote de hormigón y porcentajes superiores al 12%. Voy bien situado y durante los primeros kilómetros voy viendo por delante al grupo delantero, que poco a poco se va alejando.
Tras cruzar el torrente, viene una generosa paella de izquierdas, que ofrece una de las vistas más bonitas de la Pedals. Una oscuridad completa, con Vielha iluminada al fondo y en un primer plano, decenas de luces serpenteantes, que se balancean suspendidas en el aire, al compás del pedaleo de los bikers que vienen por detrás.
Un kilómetro después, salimos a la carretera que lleva hasta la boca norte del túnel de Vielha. A la entrada está Pep, que al verme grita: “¡Tres minutos con la cabeza!” Voy tirando de un grupo de unos 6 bikers y pienso para mis adentros “Jejejeje, al final esos tres minutos serán tres horas…”
Me chupo casi los 5,5Km.de túnel a buen ritmo, hasta que en el último tramo, que ya empieza a llanear y picar hacia abajo, me pasan algunos compañeros de grupeta. A la salida del túnel, aun es de noche y unas fortísimas ráfagas de viento lateral nos obligan a bajar con precaución. 

En el siguiente video, obra de PenedesXC, podréis ver un resumen del tramo comprendido entre la salida y el momento de abandonar el túnel por su boca sur.
A partir del minuto 2:23, me podréis ver tirando del grupo. 


3 kilómetros después, dejamos la N-230 a la derecha y entramos ya en una pista pedregosa y rota, característica de la primera parte de la Pedals. Tras una pequeña subida donde mi grupo sigue compacto, en cuanto el terreno pica hacia abajo, se me van todos. Enseguida voy rodando en solitario bordeando el Riu Nere, con mi marcheta conservadora, sabedor que hay por delante muchísima subida en la que poder recuperar terreno.

Aquí tenéis un extraordinario video por cortesía de JC Breva, que ilustra de forma magistral el tramo Vielha-Vilaller.



Poco a poco amanece y al llegar a Vilaller (Km. 34), paro unos instantes para quitarme el frontal y guardarlo en la mochila. Empieza el Coll de Serreres, segunda subida del día, 3’8Km. al 9’3% de media. Subo a buen ritmo, moviendo desarrollo con relativa comodidad y con la seguridad de que iré atrapando corredores. Pues bien, no solo no pillo a nadie, sino que me adelantan un par. No doy crédito. Según mis cálculos debo tener a más de 30 tíos por delante… Flipo con el nivel de la gente de este año.
Tras coronar, viene un tramo de sendero muy guapo, que el año pasado hice buena parte andando y que sin embargo ahora, consigo superar montado, salvo tramos puntuales en subida donde me resulta imposible ciclar. 

Allá van dos videos más, por cortesía de PenedesXC. Empieza justo al coronar el Coll de Serreres y acaba llegando a la parte final de la bajada... Ojito los dientes, que igual os rozan el suelo...

 

Antes de volver a la carretera, me pasan 3 o 4 participantes más y enseguida se inicia la subida al Coll de Sant Salvador. Esta es mucho más llevadera que la anterior, ya que no tiene rampas excesivamente duras y todo el rato discurre por asfalto.

El paso por Irán siempre me trae a la memoria Casa Joanot, lugar donde pernoctamos la primera noche mi amigo Nando y yo cuando hicimos la Pedals por etapas y donde tan bien nos trataron. Siempre me quedo con las ganas de pasar a saludar, pero estando en plena batalla, voy a lo que voy (aun estoy en “fase competitiva”).



Coronando el Coll de St. Salvador


Llego a Gotarta y firmo por primera vez en la hoja de control. Se cumplen mis pronósticos y firmo en la 34ª posición. Veo que repetir el 12º puesto del año pasado va a ser muy complicado y me marco como objetivo intentar bajar mi marca, aunque teniendo presente que realmente, hasta que no pase por la cima del Triador, no se verá a ciencia cierta cuál es la posición real de cada uno.


Nuevo descenso vertiginoso primero por pista y luego por carretera hasta llegar al desvío hacia Castellars. Aquí se inicia posiblemente una de las subidas más duras de la Non Stop, la subida al coll de Peranera. Todo empieza con unos rampotes y una sucesión de curvas cerradas en herradura, que prácticamente te hacen ir con todo metido. El calor empieza a apretar y llevo ya casi 65Km. en las piernas, así que todo suma. Sin embargo me encuentro muy bien y no me siento cansado. Y si el tramo por asfalto es duro, los 6Km. que vienen a continuación son la muerte. Al elevado porcentaje de la subida hay que añadirle el terreno. El asfalto se convierte en una pista de grava, donde cuesta hasta mantener el equilibrio sobre la bici.
La tracción brilla por su ausencia y eso hace que el esfuerzo sea aun mayor.
A estas alturas, me doy cuenta de que beber he bebido mucho, pero comer, prácticamente no he comido nada, tan solo un par de trozos de plátano en el avituallamiento de Gotarta. Decido comerme una barrita energética a ver qué tal me sienta. Señores, tragarme la barrita es un infierno. Por más que mastico y mastico, se hace una pelota que al tragarla, me hace hasta daño en la garganta.

Vistas antes de llegar a Sas (Foto: Collabtt)

Superado Peranera y tras cruzar el barranco de Ert, paso por Sas y sus dos kilómetros de subida, dan inicio a un nuevo descenso muy rápido de 8Km. El ostión que me pegué el año pasado en esta bajada, hace que no tiente a la suerte y consigo llegar al control de Les Esglèsies sin mudar los dientes.
Allí me encuentro de nuevo con Pep, que me pregunta qué tal voy de fuerzas. Le digo que de momento bastante entero, como algo, poso para la foto y me desea suerte para lo que se me viene encima, el durísimo Coll d’Oli.

Engullendo parte de los más de 6 litros de líquido que bebí...
Aquí la calor era ya de justicia...


A continuación, la segunda parte de la PDF Non Stop, vista desde el casco de JC Breva.
Unas fantásticas imágenes que no os debéis perder...




Haciendo memoria de la edición de 2011, me daba la sensación de que era más el nombre que otra cosa… Que no era tan duro… Pues bien, craso error… El coll d’Oli es la guinda tras subir el Coll de Pemir y os puedo asegurar que hizo pupita, muchísima pupita. Rampas muy duras y de nuevo terreno pedregoso. Aquí la calor ya apretaba de lo lindo y notaba el constante goteo de sudor bajando por mi nariz. Veo que con el plato mediano voy demasiado atrancado y sin rubor alguno, calzo el molinillo y tiro millas. Voy a la misma velocidad, pero moviendo el desarrollo mucho más cómodo y sin cargar las piernas en exceso. No lo he dicho, pero a estas alturas de la película, no recuerdo haber adelantado a más de 2 o 3 bikers y lo bueno es que no veía a nadie en el horizonte…

A esta sí que la adelanté sin problemas...
 A punto de coronar, baja un non-stopper en sentido contrario. Lleva todo el codo abierto y la herida tiene muy, pero que muy mala pinta. Luego al preguntar en meta por él me dijeron que le tuvieron que poner unos 15 puntos de sutura.


Llego al tramo más intuitivo y de orientación de la Pedals, que ya me lo conozco bien. Son casi 3Km. que se hacen casi andando en su totalidad y que te llevan hasta la ermita del Coll d’Oli. El descenso que viene a continuación es lo bastante técnico como para que ni me plantee tentar a la suerte y solo hago montado los tramos que veo más claros.     

Vistas desde la cima del Coll d'Oli
 A diferencia del año pasado, este año noto que recupero más y en menos tiempo. Si bien en las subidas ya empiezo a notar síntomas de fatiga, la facilidad con la que recupero las buenas sensaciones bajando y la fuerza con la que hago el tramo de 11Km. de carretera hasta Espui, me tranquilizan. En este tramo enlazo con otro biker vestido del Caja Rural, que me comenta que ya va guardando todo lo que puede ante el inminente Triador.
Firmo el control a pie del Triador en la 27 posición, lo cual no deja de sorprenderme, porque no recuerdo haber pasado a tanta gente. Este año prescindo del plato de pasta y sigo tirando de plátanos, naranjas y medio bocata.
Me despido de la gente e inicio con ganas los 12Km. del Coll del Triador. Sin embargo, a los 200 metros del inicio, problemas con el cambio trasero. Al subir piñones, se me cuela la cadena entre la piñonera y los radios. La saco y compruebo que la patilla está un poco torcida y que ya puedo irme olvidando de las dos coronas superiores. Hago toda la primera parte del puerto con fuerza, pero 12Km. de Triador son muchos Kms.
A lo lejos empiezo a ver más bikers. Alguno ya se ve que va extremadamente fundido e incluso otro está tirado en un lateral descansando a la sombra.Hay incluso otro al que saludo al pasar por mi lado y cuando le miro, tengo la sensación de que ni me ve.
Yo sigo con mi pedaleo alegre, pero el paso de los kilómetros empieza a mermar y noto que empieza a costarme en exceso. Ante la imposibilidad de subir piñones, pongo el molinillo. Llevo 7 kilómetros de puerto y tras dejar atrás la única bifurcación de la subida, empieza la segunda parte de la ascensión. Paso de estar rodeado de árboles y de poder cobijarme en alguna sombra, a la estepa total. Solanera brutal, nada de sombras y un calor sofocante. Afortunadamente, corre una brisa que se agradece, pero que no es lo bastante fuerte como para lastrar. Recuerdo que el año anterior aquí ya llevaba un globazo monumental y sin embargo este año, pese a la fatiga acumulada, podía recuperar bien poniéndome de pie sobre la bici. Consigo minimizar la aparición de pájara a tan solo un kilómetro a unos 4km. de la cima, que se me atraganta de mala manera y que hace que se me enciendan todas las alarmas. Visualizo una ráfaga de lo que antes he denominado “faceta mística” de la PDF.
No quiero ni mirar cuánto me queda de puerto, por si la información me acaba de hundir, así que sigo hacia arriba hasta que veo bajar a un biker que me dice: “¡Ya casi lo tienes!”
Subidón de adrenalina y un poco más adelante veo a un caminante que me grita: “¡¡¡Te quedan 300 metros y vas el 14!!!”
No me lo puedo creer. Intento recordar a la gente que he ido pasando y las cuentas no me salen ni de coña, pero efectivamente, corono el Triador y al firmar, veo que voy el 14.  

Vista panorámica del Coll del Triador (Foto: Collabtt)

Otra panorámica del Coll del Triador (Foto: Collabtt)

De nuevo, aprovecho para comer y afronto uno de los tramos que más me gustan de la ruta: Los 16Km. hasta que empieza el velocísimo descenso hasta Espot. Se trata de un continuo sube-baja con poco desnivel en el que si vas bien de piernas puedes ir muy rápido. Como he dicho antes, me recupero rápido de la fatiga  y me lanzo a tope. Aquí las vistas son maravillosas. Puedes visualizar en el horizonte todo el camino que hay que recorrer por la cresta de la montaña. Es simplemente espectacular. Vacas y caballos viven como reyes en estos pastos e incluso llego a divisar a varias águilas sobrevolando las cumbres.
Paso como una exhalación a un grupo de 6-7 tíos que estaban haciendo Pedals por etapas a la altura del Coll de la Portella y poco a poco voy acercándome a la vall d’Espot.
Parece que en los llanos vuelo, pero cualquier subida ya cuesta un mundo hacerla. Doy buena fe de ello al subir los escasos 300 metros que hay que superar para llegar al Coll de la Creu de l’Eixol, lugar donde se inicia el mega-descenso a Espot.

14 Km. de bajada a tumba abierta por pista muy ancha y en perfecto estado. Dejo atrás las pistas de esquí y tras una pequeña subida, de nuevo otra bajada a tope. Paso a un participante que ha pinchado y a otro que está mirando algo en su móvil (luego me enteré de que había rajado la cubierta y estaba pidiendo que le subieran una).
La última parte de la bajada se hace por un sendero estrecho de hierba muy chulo, que consigo hacer en su totalidad sin poner pie a tierra.
Llego a Espot (Km.150), suena mi chip al pasar por la alfombra y como algo para reponer energías. Me sorprende ver que voy unos 25 minutos mejor que el año pasado, pero soy consciente de que las fuerzas ya está bastante justas.

Estoy seguro que el refrán "Una imagen vale más que mil palabras" fue concebido para plasmar algo parecido a lo que el siguiente video de JC Breva refleja en sus imágenes... 





Abandono Espot entre los aplausos de ánimo de la gente que se concentraba en la plaza y empiezo a subir por la carretera que lleva a Son. Tras pasar por Estais, salgo de la carretera para adentrarme en uno de los senderos más divertidos del recorrido. Un singletrack estrechito, muy peraltado y con mucho curveo en bajada, que se hace bastante rápido. Llego a un tramo de escalones de piedra donde no veo clara la trazada, pero estoy tan crecido que me tiro con todo. Recuerdo que tras levantarme del suelo tras clavar la rueda delantera y pegar la voltereta de rigor por los aires, me sacudí el polvo, sonreí  y dije en voz alta: “¡¡¡Por listo!!!”

Llego a Son y me meto por el Camí del Calvari, otro de los tramos de sendero más bonitos de la Pedals, que remata con un tramo de subida a pie de unos 300 metros que castiga mis ya bastante perjudicados gemelos. Sigo por más sendero, atravieso un prado y voy a parar a la carretera que me llevará hasta Alós d’Isil, penúltimo punto de control de la PDF. Si el año pasado este tramo casi me cuesta la vida por ir sin agua, hoy ese no iba a ser el problema. Sin embargo y con toda la subida a Montgarri por delante, ya veía que la cosa estaba a punto de ponerse en nivel crítico. Sin la posibilidad de cazar a nadie por delante y sin que nadie pareciera poder contactar por detrás, me despido de la amable gente del control de Alós d’Isil y me tiro a cubrir los casi 20km. de subida hasta el santuario de Montgarri. Toda la primera parte la hago bien, llaneando con fuerza, pero a la que la pista se empina un poco, veo las estrellas.
Me estoy adentrando de lleno en la “Faceta mística” de la Pedals. Se caracteriza por ir perdiendo poco a poco la consciencia. No sabes quién o qué pedalea, pero la bici se mueve. Notas que cada latido de tu corazón retumba en todo tu cuerpo. La sensación de cansancio extremo es patente. El dolor de piernas es irresistible. Pero la bici se mueve. Aunque parezca mentira, algo consigue mantenerla en movimiento. Son esos momentos en los que te preguntas qué haces ahí, en los que juras que será la última vez y en los que piensas que ya no das más de ti. Sin embargo, yo personalmente, en mi fuero interno sé que he venido a vivir precisamente eso y creo que una Pedals en la que no llegues a vivir esas sensaciones, no es una Pedals completa. ¿Hemos venido a sufrir, verdad? Pues toma dos tazas. ¡¡¡Qué digo dos tazas, toma la olla entera!!!

Lo curioso es que esta faceta mística a mí siempre me invade en quizá el tramo de subida menos exigente de la ruta, pero claro, tras casi 200Km. entre pecho y espalda, ya no subo ni un bordillo.
Para acabar de machacarme, los últimos 3km. de subida pega un viento de cara que te tira de la bici, pero al igual que en la vida, no hay mal que cien años dure y por fin, diviso en el horizonte el puente que lleva al santuario.

El santuario de Montgarri en todo su esplendor (Foto: Collabtt)
Hay bastante gente y al firmar me comunican que voy en la posición 11. Ya solo me quedan los últimos 4Km. de subida hasta Pla de Beret. De lejos, son los kilómetros donde peor lo paso. El cambio de la bici ya no da más de sí, el viento de cara es huracanado y la fatiga ya es infinita. Creo que en ningún momento logro pasar de 10Km/h, pero llego a Pla de Beret sabiendo que ya lo tengo en el bolsillo.

La bajada hasta Vielha es inolvidable. 20Km. de descenso donde apenas tocamos asfalto. Primero una bajada pedregosa bordeando la carretera, luego un descenso yo diría que es tan rápido como el de Espot, pero más corto, porque enseguida se toma un sendero entrecho pero en perfecto estado que se hace sin dificultad.
Paso por Bagergue, Unha, Gessa, firmo en el control sorpresa pasado Arties, que casi ni lo veo de lo escopeteado que iba y me planto en Betrén, donde me espera el último tramo de sendero que me deja en las calles de Vielha.

Sendero fin de fiesta...
 Noto como me invade la euforia y… ¡¡¡Joder!!! Otra vez siento que estoy a punto de emocionarme. Cruzo el puente que me lleva de nuevo hasta la sede de Pedals de Foc y veo el arco de meta.
Hago un último sprint al tiempo que los ojos se me cubren de lágrimas y llego extenuado a la meta. Veo a Pep que sale a recibirme y me tiro en sus brazos a la vez que, definitivamente, me vengo abajo y me convierto en un mar de lágrimas.
Pasan los segundos y consigo recuperar la compostura. Es entonces cuando oigo las voces de mis padres a mi lado y les abrazo también. Ya estoy en casa.

Pep, aguantando el chaparrón...

Comentando la jugada...

En meta ya no duele nada...
Para rematar esta extensa crónica, tiro de nuevo de la magia de JC Breva para plasmar en imágenes el último tramo de la aventura, donde podréis ver que no todo el día lució el Sol. Aprovecho para dejar constancia de mi admiración hacia todos aquellos que llegaron a meta de noche, tras casi 20 horas enciam de la bici y habiendo pasado todo tipo de penurias. Sois de otra pasta...




Así fue mi segunda PDF Non Stop. Una experiencia que se puede explicar, pero que no se alcanza a comprender si no se vive en primera persona.

El año que viene, habrá otra PDF Non Stop y allí intentaré estar.
¿Por qué? Si os digo la verdad, no tengo ni idea. 

Clasificación PDF Non Stop Ultramarathon 2012

PD: Acabo de encontrar esto en el Telenotícies de Barcelona que se emitió ayer... Atentos al minuto 21:33, jojojojo...

miércoles, 4 de julio de 2012

Pedals de Foc Non Stop 2012 (Introducción)


Concluida la QH y con el resto de mis compañeros de grupeta entregados a la mala vida, la lujuria y el desenfreno, afrontaba la semana previa a la que para mí, es la prueba de un día más bonita y dura que puede ofrecerte el mundo de la bicicleta en la actualidad, la PDF Non Stop.
Y es que la PDF cuenta con todos los ingredientes que uno puede encontrarse en cualquier prueba de las consideradas de larga distancia, como puede ser la dureza, la competitividad, un recorrido variado y un entorno inigualable…
Pero amigos, eso es solo la punta del iceberg. La PDF es mucho más que todo eso. Es un reto, es una promesa, es un viaje a lo desconocido, es una forma de darle las gracias a la vida y lo más importante, es una oportunidad única de conocerse a uno mismo, de viajar a tu interior, de hablarte y de (aunque parezca mentira) escuchar todo lo que tu cuerpo es capaz de comunicarte desde el más absoluto de los silencios.
Todos estos intangibles es lo que yo denomino, la “mística” de la Pedals de Foc Non Stop. En la siguiente entrada de este blog, intentaré plasmar todo lo que se vive cuando la mencionada "mística" hace acto de presencia...

Durante el año, había entablado amistad a través del blog con Chema, otro loco de la BTT, de Madrid, y el buen feeling entre nosotros, hizo que decidiéramos compartir habitación durante la PDF. Tras todo un año comentando nuestras batallitas, a poco más de un par de semanas de la marcha, el jarro de agua fría. Un problema de salud tiraba por tierra sus ilusiones de poder participar en la prueba. ¡¡¡Chema, tú tranquilo que el año que viene la petamos!!! 

El viernes, día de antes de la prueba, me toca pasar el primer calvario… Despedirme de Eva y de la pequeña Lucía. Bufff, qué mal lo paso. Me cuesta un montón aguantar la compostura y que a la barbilla no empiece a darle el tembleque.
Superado el mal trago, último repaso para asegurarme de que no me dejo nada, cargo el coche y a las 11:00 me pongo en marcha.
Viaje rápido y sin complicaciones hasta Vielha, en completo y absoluto silencio. Pienso en lo que me espera al día siguiente, recuerdo mentalmente pasajes del recorrido y vivencias del año anterior, dónde iba bien, dónde iba fundido, las zonas técnicas, la curva del galletón, etc… cosa que hace que el gusanillo de los nervios y las ganas de empezar a pedalear, se activen.

Me presento en el hotel Sol y veo que ha llegado ya bastante gente. Se ven incluso algunas furgonetas de equipos y bastantes bicis en la entrada de recepción. Mientras espero para hacer el check-in, saludo a Llibert Mill y al resto de Metalbikers, a Milton Ramos, a compañeros con los que coincidí en la edición anterior, hasta que por fin, me asignan la habitación 223.
A diferencia del año anterior, decido subirme la bici al cuarto en lugar de dejarla en el garaje del hotel. Compruebo que mi compañero de habitación aun no ha llegado y tras dejar todas las cosas, me voy al bar, donde me espera mi hermano Javi, con el que me tomo una cerveza antes de irme a comer con mis padres.

Ya por la tarde, voy a la oficina de Pedals de Foc a recoger el macuto con el dorsal, chip, obsequios, etc. y saludo a Pep, uno de los padres de la criatura. Ya nos conocemos desde hace algunos años y nos fundimos en un abrazo. Como siempre y al igual que el resto de personas involucradas en el evento, se desviven por nosotros y destilan amabilidad y pasión por la BTT por los cuatro costados.
Si a eso le añadimos que cuentan con un entorno privilegiado y la constante voluntad de evolucionar y reinventarse, pues ahí tenéis dónde radica el secreto del éxito…






Vuelvo al hotel, subo de nuevo a la habitación y veo que ya ha llegado Xavi, un tío la mar de majo con el que enseguida estoy comentando anécdotas. También es su segunda participación y viene con ganas de petar su marca del año anterior. 

Con Xavi, otro de los valientes...
Se acerca la hora del briefing y me dirijo al cine de Vielha, donde tendrá lugar la presentación de la prueba. Minutos después de las 20:00, la sala está abarrotada. Pep se hace con el micro y tras los agradecimientos iniciales de rigor, da paso al video promocional de la Non Stop de este año.
Joder, ¿qué me pasa? Este año estoy especialmente sensible, hasta viendo el video me emociono, recordando las vivencias del año anterior y lo que significó en aquel momento acabar mi primera Pedals…
Os paso el enlace para que lo veáis:


El resto del briefing es calcado al del año anterior, ya que el recorrido es idéntico y solo cambia el hecho de que Pep hace subir al estrado a las nada menos que 8 féminas que participarán en la edición de este año para dedicarles una sonora y merecida ovación.
Finalizada la presentación, toca cenar. Estupenda cena que comparto con Xavi y a eso de las 22:30 ya estamos en la habitación, preparando todas las cosas para el día siguiente. Al final, decido desmontar el foco que me dejó Siscu y me decanto por el frontal que me dejó mi hermano, decido que todo va a ir de lujo y que por tanto, no dejo petate de emergencia en Espot, vaticino que el tiempo acompañará y no meto ropa de abrigo en la mochila de hidratación y lo que sí que echo en exceso, son barritas y geles “por si acaso”.
A las 23:00 apagamos la luz e intento dormirme lo más rápidamente posible. Fracaso estrepitosamente, ya que calculo que no conseguí pegar ojo hasta casi la 1 de la madrugada.

Quedaban poco más de 4 horas para que se diera la salida.
Perdido en el tiempo y casi olvidado en el recuerdo, quedaba el pasado mes de noviembre en el que empecé a entrenar en serio con caminatas hasta la Mola, horas y horas de rodillo, kilómetros y kilómetros de asfalto e infinidad de pistas, senderos y alguna que otra trialerilla.

El trabajo estaba hecho. Ahora solo faltaba lo más importante… Disfrutarlo.